Abrió los ojos por primera vez. Siempre había estado con los
ojos cerrados, retorciéndose entre la arena y el pelo, pero aquella vez fue su
primera vista al mundo. Cuando levantó la cabeza, vio un gran agujero del que
se veía un montón de hierbas altas. Los rayos de sol acariciaban su corto y
suave pelo beige. Continúo su vista hacia arriba. La pared estaba cubierta por
ramitas de las que asomaban ligeros rayos de sol. Por encima de él vio pelo plateado
y rápidamente se giro para verlo mejor. Una enorme gata plateada de ojos verdes
le miraba cálidamente. De repente, un sonido como un gato corriendo detrás suyo
sonó, y él se volvió aterrorizado. Dio un salto hacia atrás cuando vio una
enorme nariz azulada que lo olía. Una gatita gris azulada más grande que el
beige empezó a dar saltitos maullando cosas con su voz aguda que él, por su
corta edad, no entendía. La tripa le dio un rugido, al que la gatita se pego un
divertido susto. No era la primera vez que su barriguita le sonaba, y cada vez
que lo hacía, buscaba y chupaba algo rodeado de pelo que le daba el alimento.
Al levantar la nariz, intento buscar el olor de dicho alimento, pero se le
mezclaron con varios olores de afuera que los trajo una ráfaga de viento. Esta
vez, su búsqueda no tuvo éxito. El viento le dio frio, así que se acerco a su
madre para coger calor, encontrando así por fin el olor tan familiar que tanto
buscaba, la leche. Tras satisfacer su barriguita con el líquido, se tumbo boca arriba
como siempre solía hacer.
Pasaron varios días, se acostumbro más a las tres gatas que
vivían en el mismo refugio y dejando de asustarse cada vez que un gato entraba
a visitarlas. La palabra que más escuchaba dirigiéndose a él era “Ericillo”, así
que lo tomó como su nombre, atendiendo cada vez que alguien lo pronunciaba, a
pesar de que no entendía lo que decían. Conocía muy bien su habitación, ya que
solo eran oscuras paredes de tierra y plantas, pero el primer agujero que vio,
iluminado por el sol, siempre le fue un misterio, aunque su madre nunca le
dejaba salir, a diferencia de su hermana que solía salir para ir a un lugar. Su
madre a veces solía estar triste o preocupada por algún extraño hecho que él
nunca llegó a comprender.
Una pesadilla le hizo
despertar a mitad de la noche. Su madre y su hermana seguían durmiendo, e
intento dormir otra vez, pero algo no le cuadraba, ¿Dónde estaba el agujero
iluminado? Miró a ambos lados de la pared, pero no encontró ni un rayo del sol.
Tras acercarse al lugar donde estaba dicho agujero, descubrió un enorme lugar
oscuro cubierto por unas finas hierbas que, otras veces, solían ser atravesadas
por rayos de luz, haciendo que se vea de un llamativo color verde claro, pero
que esta vez estaba oscura y apagada. Las paredes eran enormes arboles
cubiertos de hojas. El techo oscuro estaba muy alto, recubierto de pequeños y
hermosos puntos blancos que centelleaban como el sol, acompañadas por una curvada
línea blanca, que le impresionaba hacía pensar lo grande que es el mundo. Salió
de su refugio y piso la fina hierba, era la primera vez que lo pisaba, ya que
el suelo de su habitación era tierra y arena, un poco recubierta por unas
pequeñas hierbas llamadas musgo. Cuando su hermana salía, se dirigía al lado
derecho, por lo que se dirigió por ese lado. De repente, cayo resbalándose por
una cuesta abajo hasta que una roca lo freno. Se pegó tal susto que se quedo en
blanca. No sabía qué hacer y el asombro a todo lo que se convirtió en miedo.
Todo estaba frio y oscuro. Por primera vez, echaba de menos su refugio y quería
volver a enroscarse entre el pelo de su madre, pero no sabía cómo. Se quedó ahí
toda la noche y a la mañana siguiente, su madre le encontró y le recupero al refugio.
Pasadas unas lunas, Ericillo ya podía entender y hablar,
aunque no perfectamente. Su hermana fue nombrada aprendiza, con el nombre de Bayas.
Y su madre le sacaba algunas veces para visitar la maternidad de al lado para
jugar con los cachorros de otras reinas, ya que su habitación le parecía
aburrida, y poco a poco logró aprender a salir solo. Conocía a algunos gatos
como la linda curandera, Cola de Agua, el amable lugarteniente, Pelaje Sangriento,
o el repelente líder, Estrella de
Cactus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario